Apple lanzó la semana pasada nuevo el nuevo iPad Pro y nuevo MacBook Air, el primero es la nueva versión de la idea de Apple de una tablet, mientras que el segundo es la primera actualización al portátil en más de cuatro años.
Durante la presentación del iPad Pro, los calificativos se acercaban todos la hipérbole, la pantalla, las posibilidades, la construcción, esos bordes, la autonomía, ese procesador, que funciona más rápido que el 92% de todos los portátiles que se venden en la actualidad.
Durante la presentación del MacBook Air, situación similar, el diseño, el peso, batería para ser usada todo el día, la pantalla, la construcción, pero ni una sola palabra sobre el procesador, más allá de el hecho que es octava generación y el número de núcleos.
La omisión en últimos años con relación a los procesadores dentro de los Macs no son casualidad, tampoco son novedad y la forma de presentar productos y sus componentes en la presentación de la semana pasada es un ejemplo más de cómo los caminos de Apple e Intel están cada vez más separados.
El ritmo de innovación de hardware: la constante búsqueda de miniaturización sin perder —de hecho aumentar— desempeño es una filosofía de product que Intel no ha terminado de entender. En consecuencia, Apple, con las Mac, tiene que hacer cada vez más compromisos: de tiempo, de diseño y de calidad.
El MacBook de 12 pulgadas es, sin duda alguna, el mejor ejemplo de todo lo anterior y un verdadero testamento de cómo, usando un microprocesador Intel, parece ser imposible vender un Mac ultradelgado, ultraportátil, con muy buena autonomía sin comprometer en desempeño.
Lo cual es opuesto a lo que está sucediendo con productos iOS. Los iPhones no tienen rival y el nuevo iPad Pro, aún siendo más delgado, teniendo menos marcos que antes y menos peso, funciona más rápido que la gran mayoría de Macs y PCs portátiles que se pueden comprar hoy en día.
De hecho el iPad Pro 2018 más barato (800 dólares o 879 euros) es más del 50% más barato que el MacBook Pro 13″ 2018 en configuración base, pero más rápido, según Geekbench.
Pero una comparación del desempeño entre el nuevo MacBook Air con el iPad Pro 2018 pinta una imagen clarísima del problema con el que se ha encontrado Apple cuando se trata de procesadores Intel en sus propios productos: Los procesadores “A” de Apple funcionan con mayor ahorro de energía, generando menos calor y mucho mayor desempeño que los procesadores Intel.
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